Cómo evitar las rabietas de los niños durante las comidas
¿Lágrimas y llantos desesperados cuando te sientas a la mesa? A menudo sucede con los niños, especialmente por la noche cuando están cansados.
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¿Alguna vez has sentado a la mesa al bebé o al niño y este se ha pasado todo el rato jugando con la comida o llorando?. Las rabietas durante las comidas o cenas de los pequeños son bastante comunes. Lamentablemente, puede ocurrir que el niño esté cansado, que no quiera comer lo que le has preparado o que esté enfadado porque tal vez no te ha visto hasta la noche y desea pasar contigo más tiempo de juego. Descubramos a continuación algunas pautas que son clave para evitar las rabietas de los niños durante las comidas.
Evitar las rabietas de los niños en la mesa
Todos los padres y madres deben pelear una batalla para educar a sus hijos para que coman bien y aprendan a respetar las reglas. Conocer las estrategias para acabar con las rabietas de los niños puede ser un gran alivio, de modo que sigue estos consejos y conseguirás que el bebé o el niño pueda estar tranquilo sin importar si la cena le gusta, si está cansado o simplemente molesto.
Involucra a tu hijo
Si sabes que el motivo de la rabieta suele ser la comida, una buena idea para evitar que se produzca, es involucrar al niño en la decisión del menú y pedirle que seleccione la verdura o fruta que le gusta comer. Pídele ayuda cuando prepares las comidas. Por ejemplo, puede lavar verduras o seleccionar hojas de albahaca. De este modo verá cómo se cocinan los alimentos y tendrá ganas de probarlo. En el caso de un bebé puede ser buena idea ponerle sentado en su trona y mirando lo que hacemos. Le podemos explicar los pasos y enseñarle los ingredientes para que los vea y se deleite con sus colores.
Evita halagarlo o forzarlo
Si se niega a comer o pelea cuando le sirven la comida, evita persuadirlo o coaccionarlo. En cambio, déjale claro que no escucharás ningún «no» y que si tiene hambre puede comer lo que esté en la mesa.
No discutas si no come lo que hay en el plato
Solo tienes que planificar una comida saludable y asegurarte de que come al menos una cosa, e incluso puede ser su comida favorita. No lo obligues a comer de todo. Si tiene hambre, comerá más.
No lo recompenses con dulces
Recompensarlo con helado o dulces por comer sopa es perjudicial. No le des premios por todo lo que hace. Puedes crear otro tipo de estrategias como por ejemplo conseguir ese ansiado helado el fin de semana pero si antes, de lunes a viernes se ha comido o cenado toda la verdura.
Enséñale a saber si ha comido lo suficiente
Si decides por él, no aprenderá cuándo tiene hambre y cuándo está lleno. Esto podría causar problemas como la obesidad o la ingesta excesiva de alimentos más adelante en la vida.
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